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jueves,
de
Los dichos populares sobre los ojos y la vista abundan: desde ver la televisión hasta comer zanahorias. He aquí la verdad sobre algunos datos e invenciones relacionados con la vista.
Mito: ponerse demasiado cerca del televisor es malo para los ojos.

Mito: si una persona se pone bizca, los ojos se le quedarán así para siempre.
Realidad: contrariamente a lo que afirma este viejo dicho, una persona no se quedara permanentemente estrábica por el hecho de ponerse bizca. Si su hijo se pone bizco o se le desvía un ojo constantemente, pida hora de consulta con un oftalmólogo.
Mito: si los padres tiene problemas en la vista, sus hijos heredarán ese rasgo.
Realidad: lamentablemente, esto a veces es cierto. Si usted necesita gafas para ver bien o ha desarrollado alguna afección ocular (como las cataratas), es posible que su hijo herede el mismo rasgo. Informe al pediatra de su hijo sobre los antecedentes familiares del niño en lo que se refiere al tema de la vista.
Mito: comer zanahorias mejora la vista.
Realidad: aunque es verdad que las zanahorias son ricas en vitamina A, que es fundamental para la vista, hay muchos otros alimentos que son ricos en esta vitamina (por ejemplo, los espárragos, los albaricoques, las nectarinas y la leche). Por lo tanto, según la AAO, una dieta equilibrada puede proporcionar la vitamina A necesaria para tener buena vista.
Mito: el uso del ordenador es perjudicial para los ojos.

Mito: dos padres de ojos azules no pueden tener un hijo de ojos marrones.
Realidad: dos padres de ojos azules pueden tener un hijo de ojos marrones, aunque se trata de algo muy poco frecuente. Del mismo modo, dos padres de ojos marrones pueden tener un hijo de ojos azules, aunque también es algo muy poco habitual.
Mito: el daltonismo solo afecta a los niños, nunca a las niñas.
Realidad: se ha estimado que, como máximo, el 8% de los niños presenta algún grado de daltonismo, mientras que menos del 1% de las niñas padece esta afección.
Mito: los bebés nacen con ojos de tamaño adulto.
Realidad: el ojo de un recién nacido NO tiene el tamaño propio de un ojo adulto sino que sigue creciendo y desarrollándose junto con el niño. Este crecimiento explica los cambios refractivos cambiose (cambio de gafas) que tiene lugar durante la infancia.
Mito: el hecho de llevar demasiado las gafas hace a los ojos "dependientes" de ellas.
Realidad: los errores refractivos (miopía, hipermetropía y astigmatismo) van cambiando a medida que los niños se hacen mayores. Hay muchas variables implicadas en este proceso, pero gran parte del cambio probablemente obedece a factores genéticos y prosigue a pesar de que se lleven gafas antes o después, o durante más o menos tiempo. Llevar gafas correctamente graduadas no es perjudicial para los ojos.
Creditos a: http://kidshealth.org
Creditos a: http://kidshealth.org
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